El almacén del ático.

Y allí sigue, en silencio, acumulando polvo, junto al proyector de cine, el barco pirata y la nave espacial. A la espera de que le den su oportunidad como a los demás de servir para algo más que acumular polvo junto a más cachivaches.

Todos habían tenido su propósito que una vez llevado a cabo los desterraba al almacén del ático,  pero  él no había cumplido su misión. En su cartelito, se podía leer: “Armagedón”

Ma Dolores Alvarez
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